"Glenn Gould, extravagancia y música personificadas" Por Jesús Morata
- ricercare
- 12 may 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 13 may 2020
Una figura imponente, de afilado rostro y dedos alargados. Encorvado ante las teclas de un piano, sobre una silla penosamente desgastada y con las patas recortadas. En cuanto la partitura lo permite gesticula con la mano que tiene libre, como si conformara la música del mismo modo que el alfarero moldea la arcilla.
A veces canturrea de manera casi cómica, algo inaudito en un pianista. A veces ese canturreo se eleva hasta alcanzar la categoría de grito y en su éxtasis musical, se desprende de sus zapatos ante el asombro del público.
Vídeo 1: Fragmento de un documental sobre la vida del pianista.

Así era Glenn, el mejor pianista canadiense de la historia. Un hombre que nunca estuvo diagnosticado como tal, pero posible es que sufriera de síndrome de Asperger. Un hombre que no tocaba el piano si no era sobre su maltrecha silla, a la que llevaba a todas partes. Un hombre que de niño no solo no devolvía los golpes de sus acosadores, sino que les restaba importancia argumentando que "tan sólo" le pegaban una vez cada dos días. Un hombre que encontró el amor para después perderlo. Un hombre que tan sólo necesitaba un vistazo para memorizar una partitura. Un hombre que dormía de día y vivía de noche. Un hombre que se retiró de los escenarios a los 34 años para grabar en la intimidad del estudio.
En definitiva, un prodigio que a los 14 años ya era pianista solista en la Sinfónica de Toronto y que a los 23 podía contar haber dado un concierto en Nueva York con el apelativo de gran figura del piano a nivel mundial.
Dejó los escenarios por el estudio de grabación porque este último le proporcionaba la seguridad de no dejar detalle sin pulir, de no cometer el mínimo fallo y así no deshonrar la obra de sus dos grandes ídolos: Schoenberg y sobre todo, J. S. Bach.
Vídeo 2: Gould interpretando la partita 4 de Bach en el ocaso de su corta vida
Así era Glenn y así fue desde que tocó su primera nota al piano a los 3 años hasta los 50, edad a la que murió en 1982 a causa de un accidente cerebrovascular. Solamente de su versión de las Variaciones Goldberg se vendieron más de 2.000.000 de discos en todo el mundo.
Célebres son sus interpretaciones junto al gran Leonard Bernstein. Una de ellas pasó a la historia por la advertencia del director al público, pidiéndoles que no se asustaran con lo que iban a ver y de paso que él no se hacía responsable de la versión que iban a escuchar.
Vídeo 3: Concierto para piano en Re m de Bach, con introducción de Bernstein
Los grandes de la música contemporáneos a Gould, decían que no eran partidarios de sus versiones, pero que tratándose de semejante genio, estaban dispuestos a asumirlas.
Nos dejó algo impagable e inmortal, nada más y nada menos que las obras de los grandes maestros reinventadas. Otra vuelta en su interpretación que desvelaba una cara oculta en ellas. Tanto es así que la sonda espacial Voyager, que tiene como misión mostrar a otros mundos extraterrestres lo más representativo y valioso de la especie humana, recorrerá durante 40.000 años los abismos del espacio con una de las versiones de Glenn Gould del tema de las Variaciones Goldberg que antes hemos mencionado.

Es posible, y esto es opinión personal, que entendiera la música de Bach mejor que el propio Bach, pues su obsesión le llevó a estudiarla y analizarla hasta rozar la locura.
Espero os haya resultado enriquecedor conocer la figura de tan peculiar artista.
Jesús
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